Ucrania da un paso más en su respuesta militar a la invasión rusa. Dos helicópteros Mi-24 partieron de suelo ucraniano hacia territorio ruso para lanzar un ataque con cohetes aire-tierra contra un depósito de combustible estratégico para las tropas del Kremlin situado a unos 75 kilómetros tierra adentro de la frontera. Una misión prácticamente suicida por la gran cantidad de fuego antiaéreo concentrado en la zona, que consiguieron acometer sin ser detectados gracias al vuelo rasante.
Ningún radar ruso les detectó en su incursión nocturna. Los dos Mi-24 ucranianos han realizado esta madrugada una proeza al conseguir alcanzar con misiles S-8 al menos 8 depósitos de combustible de la petrolera Rosfnet en la ciudad de Belgorod. Es el primer ataque confirmado de Ucrania contra Rusia y en toda la ofensiva, así como quizás uno de los primeros ataques militares de un país contra territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
Ciudadanos rusos consiguieron grabar imágenes de los dos helicópteros sobrevolando Rusia a toda velocidad, y a escasa altura de los tejados, de vuelta hacia Ucrania. Una misión prácticamente suicida, teniendo en cuenta el inmenso poderío antiaéreo que tiene Rusia desplegado en su frontera desde antes del inicio de la invasión a Ucrania.
Este tipo de vuelo rasante, y más teniendo en cuenta que se ejecutó en horas nocturnas, es de enorme dificultad y peligrosidad, según explican expertos en la materia. Se trata de un llamado «vuelo instrumental», una operación aérea que se efectúa guiándose por medio de los instrumentos y casi sin referencias visuales del entorno. Los pilotos se han arriesgado a ser derribados y capturados, aunque Ucrania aún no ha confirmado que ambos hayan regresado sanos y salvos a su base.